Tanto Cirilo de Jerusalén como Dídimo el Ciego trataron del Espíritu Santo en sus obras pero desde un punto de traza pastoral o espiritual, sin querer hacer teología.Ahora mismo una persona puede aceptar el Espíritu simplemente por arrepentirse de sus pecados, tener fe en Jehová, y pedir a Dios que le dé este don. Una ocasión que recibe el